Vivienda de 90 m2, en un principal de una finca regia de más de 100 años de antigüedad. Se precisaba una reforma integral: se debían hacer nuevas todas las instalaciones, el baño, el aseo, el patio y las carpinterías interiores y exteriores.
El cliente deseaba integrar el recibidor, la cocina y el comedor en un solo espacio –para ganar luminosidad y crear una zona social– y quería mantener los estucados de paredes y falsos techos.
El proyecto consistió en diferenciar la vivienda en dos zonas: la zona pública, compuesta por comedor y cocina abierta, moderna y con las vigas de madera vistas, las paredes desnudas de obra; y la zona privada, clásica y delicada, con suelo de madera, falsos techos y estucados rehabilitados.
Proyecto, dirección y gestión de la obra.
